viernes, 8 de agosto de 2008

EL MISTERIO DE LA AYAHUASCA

Los psiconautas que utilizan esta sustancia alucinógena buscan sumergirse en un universo abismal y vertiginoso, atrapante y emocionante. Casi siempre lo logran y, encima, es "en colores". Para ellos está claro: "la planta está viva" y les ofrece un espejo donde mirarse. Eso obtienen usando este psicotrópico tan difundido en un submundo donde unas veces prevalece el deseo de probar algo diferente, otras lograr salud a partir de provocar una experiencia mística y otras "trascender" (cualquier cosa sea lo que esto signifique) explorando el propio ser. Pero antes de sumirse en estas y otras reflexiones, conviene enterarse de qué está hecha la luz que ilumina el puente que promete rozar la divinidad con la punta de los dedos. Ayahuasca es un preparado vegetal que sus apólogos definen como "planta psicointegradora". Algunos autores, como el difunto psicochamán Terence McKenna, la llaman "planta maestra" porque, entre otras cosas, aseguran que habría formado parte de la dieta de los primeros homínidos, disparando la consciencia y el lenguaje humanos y dando lugar a la metáfora que según la cual de ella se hablaba cuando se hablaba de "El Árbol del Conocimiento". En la actualidad, estas plantas siguen rodeadas por un aura de "fruto prohibido". Por un lado, las legislaciones -acostumbradas a ignorar tradiciones y hábitos culturales de las minorías- las consideran drogas alucinógenas. Sin embargo, existe un consenso de que no son sustancias que propicien la adicción y cuyo consumo se encontraría más relacionado con la búsqueda de la salud o de "la verdad" que con la evasión o el entretenimiento. El ayahuasca ya no es considerada una "droga alucinógena" sino un psicotrópico.


Ayahuasca
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¿Que enseña la planta?
Durante miles de años, los pueblos indígenas usaron pócimas elaboradas a base de preparados vegetales a fin de tender un puente mágico con realidades difíciles -sino imposibles- de abordar utilizando técnicas convencionales. Así, las llamadas "plantas maestras" fueron empleadas por curanderos y chamanes para comunicarse con los espíritus de la naturaleza y recibir sus consejos para tomar decisiones, sea como sistema de adivinación o medio de curación. En todo caso, fueron vehículos capaces de conducir a realidades alternativas pobladas por criaturas -luminosas, oscuras, poderosas o incorpóreas- que revelarían la existencia de mundos prohibidos o inaccesibles para el común de los mortales.

RITUAL DEL AYAHUASCA

jueves, 7 de agosto de 2008

¿LA INFIDELIDAD ES PECADO?


Fidelidad... ¿Fidelidad a qué? ¿A tu persona? ¿A la otra persona? ¿A la sociedad? ¿A la familia? ¿A las buenas costumbres?… ¿A la verdad? ¿Qué es la infidelidad? El propósito de esta nota es tratar de definirla, pero no intentando explicar en qué consiste científicamente, sino cuáles son las creencias y posturas que existen en la sociedad actual frente a este asunto. Una sociedad que mantiene una postura ambigua: que la condena de la boca para afuera, pero la avala cuando el que la practica es un amigo o uno mismo.

Básicamente existen dos grandes tendencias filosóficas. La primera es la que lo toma como “un pecado”. De hecho, uno de los diez mandamiento dice “no cometerás adulterio” y otro prohíbe “codiciar la mujer de tu prójimo”.
Luego, en el nuevo testamento, aparece el conocido pasaje bíblico en que Jesús dice “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”; ese pasaje se refiere a una mujer -María Magdalena- que iba a ser lapidada a piedrazos por haber cometido adulterio.

La segunda perspectiva -lejos de la moral- es ver a la infidelidad como una simple canita al aire. O sea, algo efímero que va a hasta el cielo y hace:¡pum! Es decir, algo que sucede, pero a lo que no se le debe dar una mayor importancia.
Entre el pecado religioso y la banalización extrema, aparecen muchas y diversas ideas.
Según el diccionario, infidelidad es sinónimo de “deslealtad”. Sin embargo, lejos de la moral de otros tiempos, hoy se comienza a ver esa “deslealtad” como algo común. Según la investigación realizada por Pittman, el 50 por ciento de los hombres y entre un 30 y un 40 por ciento de las mujeres que están en pareja cometen infidelidades. Incluso, ya no se ve como algo tan negativo, e incluso las reacciones variarían según el género de la persona.
“Para las mujeres, es más doloroso el vínculo afectivo de su pareja con otra persona que el pensar en una aventura breve que incluye sólo una relación sexual genital -explica Casullo. Ellas tienden más a buscar en el hombre protección y seguridad y sus celos entonces tienen que ver con la amenaza de perder lo que el hombre les aporta”. Por eso, asegura, “las mujeres perdonan más una aventura”.
En tanto, a los hombres los desvela más la infidelidad sexual de la mujer. Ellos sienten “temor a una paternidad mentirosa”, opina Casullo. En el estudio en cuestión se preguntó a los encuestados qué le molestaría más: ¿Imaginar a su pareja formando un vínculo emocional profundo con otra persona o que sólo disfrute de una apasionada relación sexual con otro/a?.

A un 82% de las mujeres encuestadas lo que más les dolería de una infidelidad es que su pareja se enamorara de la otra persona, frente a un 18% que dice que le molestaría más una noche de pasión. Entre los varones, al 52% le mortifica más pensar a su pareja enamorada de otra persona, mientras que al 44% los desvela la posibilidad de que su pareja tenga un encuentro sexual con otro hombre.

Infidelidad
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Doctor, ¿Qué hago?

Para que no haya infidelidad simplemente, decir a tu pareja de cómo te sientes, y si tu crees que ya no amas pues terminar la relación y empezar de nuevo. Porque muchas veces la confianza rota es muy difícil de arreglar. Vivimos en una sociedad inmediatista, donde se tiende a primar los placeres momentáneos por sobre los compromisos adquiridos. Vivimos en una sociedad con doble discurso ya que por un lado la infidelidad no está aceptada abiertamente y es reprochable a nivel social, pero por otro lado se cubren y ayudan a tapar distintas infidelidades en los amigos.
Sin embargo el tema de la infidelidad no hace otra cosa que cuestionarnos, acerca de la importancia de la intimidad; de que si bien hay muchas ofertas disponibles en la calle, en el laburo o en donde sea, a veces puede ser conveniente decir que no. No todo se puede. Prohibirse ciertas cosas permite hacer otras: muchas veces en la vida es necesario tomar esta actitud, como por ejemplo no mirar la tele para poder estudiar
Si se quiere construir una relación de intimidad con otra persona, hay determinadas cosas a las que deberemos renunciar en orden de fortalecer otros aspectos como el respeto, la confianza y la seguridad.

INFIEL AL DESTAPE